Distintas prácticas artísticas y turistas dialogan con la arquitectura abandonada de la Ciudad Residencial de Perlora, icono del turismo social de los años cincuenta y sesenta, reflexionando sobre su capacidad descodificadora del territorio, su acercamiento a las resistencias cívicas y sus posibilidades como catalizador de narrativas culturales. Perlora ha perdido su funcionalidad inicial, pero no ha dejado de habitarse. Tomada como objeto crítico, se reinventa simbólica y escenográficamente aglutinando la crudeza de una realidad socioeconómica posindustrial y el optimismo de una utopía estival creada ex novo para las familias obreras. De la cohabitación de visitantes, objetos y arquitecturas resulta un paisaje donde conviven lo animado y lo exánime: un hiato temporal.
¿Cómo naturalizar la ruina mediante las prácticas turistas y artísticas? A la nostalgia restauradora se impone una reflexiva. Los diálogos propuestos rechazan la tradicional separación entre ‘real’ y ‘conservado’; en cambio, insertan los vestigios en el marco ciudadano actual y los potencian desde la interrelación, no desde la pura contemplación. Además de documentar enclaves, estas resignificaciones de la ruina del turismo funcionan como memoriales; frente a la purga y reproductivización del territorio, favorecen la identificación colectiva y redignifican así el espacio posindustrial. Perlora actúa, activada por sus veraneantes, como un lugar de memoria no petrificado, metamórfico, popular, vivo.
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Memorias veraneantes y arquitecturas en ruina: Ficciones y resignificaciones del espacio de la Ciudad Residencial de Perlora ha formado parte de la mesa Els llegats culturals del turisme a la història: un patrimoni per tenir en compte del II Congrés Internacional Herències / Legacies, organizado por la Secció d’Historia Contemporània i Món Actual de la Universitat de Barcelona.
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